Blogia
Palos de Ciego

Túnez día 2: Las comidas de mi Tia

Gabes, Sur de Túnez. 22:00.Hoel Chems


Aquí sentado en la terraza de mi habitación puedo comtemplar el Mediterráneo. Mare Nostrum, el Mar Nuestro. Fue tan suyo, tan nuestro, tan de todos los que gozamos de sus aguas que aún con el paso de los siglos seguimos todos sintiéndonos un poco primos lejanos.
Compartimos tantas cosas pese a lo que nos pese y estamos tan distanciados y lo que aún nos alejaremos si el mundo sigue como sigue...a pesar de globalizaciones, antiglobalizaciones, migraciones en masa o alianzas buenrollísticas.

Hoy he sentido esa cercanía observando lo que hemos comido y los comentarios que ha hecho nuestro anfitrión, el encargado de la zona eléctrica en la que estoy trabajando.
¿No os ha pasado nunca que cuando habéis ido a comer a casa de una tía o algún familiar o incluso en casa de algún amigo y os ha preparado la comida su madre, lo que os servían, aunque sea un plato que soléis comer en casa no sabe igual? A mi me pasaba de pequeño muchas veces.
Pues aquí en Túnez tengo la misma sensación. Los ingredientes son muy similares, aceitunas, aceite de oliva, patatas, pollo, pescado; preparado en aliño, fritos, algunos guisos. La apariencia incluso es muy parecida (las papas aliñas del hotel de Gabes parecen de Casa Paco), pero no es lo mismo, hay algo de que se queda pegado al paladar, un aroma que baja por la garganta diciéndote que no estás en casa.

¿Sabéis otra cosa que recuerdo con mucho cariño? La ilusión con la que iba a comer a casa de cualquier familiar, de cualquier amigo, sabiendo que ese día podía llenarse de gratas sorpresas, que en cada bocado que daba iba a descubrir un nuevo sabor. Recuerdo como estaba atento a todo, para aprender las costumbres de aquella casa que me acogía. Creo que en aquellos almuerzos y cenas en hogar ajeno empezó a forjarse en mi esta capacidad de adaptarme a lo nuevo, de intentar ser respetuoso a las tradiciones de los que me rodean. Son los que han hecho que hoy para almorzar le haya dicho a Abdel que yo quería lo que el pidiese; ¿Sea lo que sea? ha preguntado el; Sea lo que sea he contestado yo.
El ha sonreído, creo que en parte contento de mi gesto, en pqrte pensando no sabes lo que te espera.

0 comentarios