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Palos de Ciego

Túnez, día 11: Dos dinares

Hoy tengo un par de historias que contar. A pesar del trabajo, a pesar de la rutina de vez en cuando siempre se encuentra algo de tiempo para vivir cosas interesantes. Aunque sean anecdóticas. 

Desde hace ya tiempo vengo siguiendo la obra de Arturo Pérez Reverte. No de forma incondicional, ni falta que hace, pero es un autor que se acerca a mi forma de pensar tantas veces como se aleja de ella y por tanto nunca me suele dejar indiferente. Muchas veces en su pagina de "El Semanal", a pesar de poner verde a todo el que se le ponga a tiro, decide darle una oportunidad a la humanidad y cuenta algún detalle que le reconcilia con el mundo.

Yo no estoy tan enfadado con esta sociedad en la que vivo como Don Arturo (aún), pero gusta experimentar de vez en cuando en mis carnes situaciones que me hagan sentir orgulloso del ser humano.

 

Esta mañana mis obligaciones me han obligado a desplazarme a Feriana, una ciudad situada a unos 50 kilómetros de Gafsa. Allí me esperaba un representante del cliente y uno de nuestros operarios tunecinos. A  mitad del camino me  detiene sorprendido el tunecino en cuestión que desde el arcén me hacía señas. Me detengo y observo que allí se encuentran varios tunecinos, entre ellos mi contacto y dos técnicos de mi empresa, el Manitas y el Loco C, que charlan con un policía. La historia es sencilla, carretera comarcal, nueve y pico de una mañana algo lluvioso, asfalto mojado y un perro que le da por cruzar la carretera sin avisar. Resultado, el pobre del Loco C decide hacer un par de trompos con su coche después de derrapar para evitar matar al canido. Antes de seguir debo decir que al Loco no le ha pasado nada excepto el susto y el coche hecho mierda. 

Permanecí allí una media hora, esperando un coche de policía para que hiciera el atestado dado que el policía que estaba allí, como casi todos los policías de Túnez, no tenía vehículo. Aún no me explico como apareció por allí a tiempo de ayudar al Loco antes de que llegase nadie más. Durante ese tiempo ocho coches pasaron al lado nuestro , los ocho se pararon a preguntar si todo iba bien y si necesitábamos ayuda de algún tipo. Muchos "labes", "labes allic" y muchos "jandulá" que es la formula habitual de saludo pero que viene a decir si todo va bien y que gracias a Alá todo va bien. Tras más "Salam", "Aslamas" e "Inshalas" se iban después de asegurarse de que realmente no hacía falta su ayuda.. 

Ocho pasaron, ocho se pararon y ocho se bajaron del coche con intención de ayudar.

Intento imaginar la escena aquí en España y a lo más que llego es a visualizar los coches reduciendo la velocidad por el morbo de ver a los heridos

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