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Palos de Ciego

Túnez, día 48: Rascando en la superficie

Túnez, día 48: Rascando en la superficie

Como ya he dicho alguna vez me considero una persona con una forma de ver la vida bastante abierta. Entiendo que en este mundo estamos un puñado de días como para pasarlos todos tristes y amargados. También entiendo que este mundo es maravillosamente complejo como para intentar entenderlo solamente desde el punto de vista de un occidental decadente.

En este país me he encontrado en muchas situaciones que no comprendía pero he aprendido a aceptarlas. ¿Quién soy yo para juzgar costumbres por las que se han regido ciertos pueblos desde hace mucho tiempo? Aún así muchas veces las pongo en duda y pido que me las expliquen una y otra vez. Las costumbres son solo eso costumbres, formas de hacer las cosas a las que el ser humano se acostumbra sin saber el origen ni las razones. La duda, la falta de certezas puede hacer que la humanidad avance y de un paso adelanta en la búsqueda de su felicidad...aunque la mayoría de las veces parece que lo que nos gusta es retroceder. 

 

El otro día estuve hablando con un tunecino. Pronto descubrí que estaba casado. Este es uno de los temas recurrentes en las conversaciones de este país, no las mujeres como en España, sino las bodas. Casi todos me preguntan rápidamente por mi estado civil y mis planes de futuro.

A lo que iba, me enseña la foto de su mujer y hablando, hablando descubro que está casado con su prima. Al principio simplemente pensaba que era una forma de llamar a una familiar más o menos cercano. Pero no, se trataba de su prima hermana. Lejos de asustarme y poner el grito en el cielo quise indagar más en el asunto. El amor, pensé, tiene estás cosas. El amor y que quizás sea un matrimonio pactado como los de antes. Intuyendo que rascando un poco encontraría una historia interesante proseguí con mi interrogatorio...y efectivamente lo que encontré fue todo un descubrimiento "científico"

 

Con mucha sutiliza llegué a uno de los puntos claves. No tienes miedo a que tus hijos nazcan con algún tipo de problema de salud. Su respuesta me dejó de piedra. No, no hay problema. Ella es la hija de una tía por parte de madre, es decir de una hermana de su madre. ¿Y?  repuse con cara de haberme perdido algo en ese razonamiento. Pues que todo el mundo sabe que los genes solo los transmite el varón. ¿¿¡¡COMOR!!!??? Si, hombre, si, lo dice el Coran.

 

Se quedó, y sigue, tan tranquilo.

3 comentarios

Warren Keffer -

Hacía tiempo que no hacía un repaso a los blogs personales, tengo que ponerme al día con el tuyo :)

Este artículo/post/entrada o como queráis llamarlo es de los que me ponen los pelos de punta. Para mí toda religión es un cáncer contra la razón, la ciencia, la evolución social.... Cosas así lo prueban. Estas sociedades donde no son capaces de pensar por si mismos, anclados en ideales obsoletos y absurdos impuestos en la infancia a través de la ignorancia de sus padres... me carcomen la moral. Yo no sería capaz de vivir ahí. Ya me chocan muchas gilipolleces de pueblo de las que hay por Villanueva. Incluso era incapaz de hablar con mi abuela de aquí porque era pueblerina de pura cepa, de las que pensaban que la leche se corta si una mujer con el periodo anda cerca. El conocimiento basado en el "todo el mundo lo sabe" es detestable.


Saludetes.


PD: este finde voy a Sevilla a un concierto de Capercaillie, uno de mis grupos favoritos. Qué ganas de verloosss.

Pi -

El caso de los borbones sería nuestro paralelismo para la creencia contraria.
Ejemplo:
- mamá, ¿porqué no se pueden casar los primos?
- porque los niños salen "raros", mira los borbones...
Y eso se queda a fuego, cual dogma de fe. A mí nunca se me ocurrió pedir la explicación científica.

Pigmalión -

Hombre, creo que tu sorpresa es exagerada, no es habitual pero se da en nuestro pais sin escándalo alguno (sólo piensa en nuestros borbones).
Lo realmente tremendo es adaptar las leyes de la genética a conveniencia y no querer seguir girando con el resto del mundo y que conste que opino eso de todas las religiones que me son minimamente familiares.