Blogia
Palos de Ciego

Poniendo un huevo

Poniendo un huevo

Muchos conocereis la leyenda del Fenix. Según parece cada quinientos años el Fenix ponía un huevo y lo empollaba durante tres dias al cabo de los cuales ardía por completo. Después de la inmolación, voluntaria o no, delhuevonacía el mismo fenix que había muerto.

Yo llevo más de tres días y no he puesto ningún huevo, aún...pero aquí estoy de nuevo. No se si soy el mismo de antes pero me parezco un poco.

Han sido unos días extraños. Cada día se me ocurrían varios temas de los que hablar pero se quedaban en eso, simples ideas.

No soy un escritor profesional y por tanto carezco de la disciplina necesaria para enfrentarme con valor a la pagina en blanco.

Han ocurrido muchas cosas estos días. Quizás la más importante es que he regresado a España, Llevo aquí tres semana y medía, pero oficialmente no puedo calentar mucho la silla de mi trabajo ya que voy a regresar casi de inmediato.

Pero aún sigo aquí.

Llevo sin escribir desde un par de semana antes de regresar a casa, así que no voy a achacar mi falta de inspiración al hecho de no estar viviendo "aventuras" en tierras exóticas.

Más bien no me apetecía. Como no me apetecía hacer casi nada. A veces es muy fácil entrar en un rutina gris y aburrida. Eso te permite no tener que pensar en que ocupar tu tiempo.

Como desventaja aparece una punzada en el costado izquierdo, ¿o era el derecho? en fin no me acuerdo pero se siente muy cerca del espiritu, oprimiendolo y dejandote a veces sin respiración.

En este tipo de ocasiones solía esperar a ver si ocurría algo. Si viene una ola la cojo y sino a mirar el horizonte.

Esta vez no ha sido así. Esta vez yo mismo me sacudido un par de bofetadas para espabilarme.

 

Y aquí me teneis, empollando un huevo a punto de salir ardiendo.

Mañana será  otro día y emprenderemos de nuevo el vuelo. 


 

2 comentarios

Esther -

Pues si empollas mucho... puede que apruebes.

Pigmalión -

Dicen que la aventura va bien para este tipo de estreñimiento. A lo mejor tienes que buscar un laxante para el espíritu.