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Palos de Ciego

Túnez día 1

Gabes, Terraza del Hotel Chems, 21:50

Una nueva aventura ha empezad. A pesar de que no es el primer viaje y a que se trata de un desplazamiento por motivos de trabajo, para mi una situación como esta siempre será una aventura.
Por lo que he podido intuir no podré hacer mucho turismo, el deber es el deber y no estoy yendo a las ciudades más bonitas de Túnez pero creo que me voy a sumergir de una manera nueva para mi en una sociedad tan diferente y a la vez tan parecida (vaya topicazo) como lo es la tunecina.

Decir que he pasado la noche en Túnez es decir demasiado para las escasas tres horas que he podido dormitar eso si en un hotel de 4 estrellas con desayuno en la habitación a las 4 de la mañana incluido. Que largo se pude hacer un día que comienza a esas horas.
Unos de mis compañeros de trabajo ha tenía que impartir un curso en Gafsa, 4 horas en coche...no puedo decir nada de mi primer contacto con el país ya que lo he pasado dormido.

Nueve de la mañana en Gafsa, realmente este es otro mundo. Ya desde el coche notas un abismo entre este país y cualquier otro de Europa... ¿he dicho algo raro? ¿Qué eso ya lo sabíais? Vale y qué
Casa de un solo piso, algunas muy viejas y otras a medio construir, calles asfaltadas con arcenes de arena y líneas que nadie respeta (la forma de conducir en Túnez merece un capitulo propio, esperaré a tener más experiencia) y la gente...hace ya mucho tiempo que da igual como sean las calles, edificios, coches...lo que realmente distingue son las personas. Que a su vez dejaran una impronta imborrable en sus calles, casas, coches...y la gente de Túnez sabe dejar su impronta.

Son detalles, como se mueven, como miran, como se expresan. Me río yo del crisol de culturas que ha pasado por mi tierra, miras a estás gentes y ves en sus rostros el pasar del tiempo, la huella de cientos de generaciones y pueblos. No ves en ellos desesperanza ni enfado, tan solo a veces se asoma un mueca de ironía, del que sabe que el ritmo cambiado lo llevamos los demás y aún no nos hemos dado cuenta.

En general para que engañarnos la ciudad es fea, nada de pintoresca o diferente, es fea, las cosas por su nombre. Así que no me lamente mucho salir hacia Gabes después de comer tras intimar con un lugareño y su burro...tendré que sacar la cámara de fotos con cara de periodista y no de turista.

Me ha tocado conducir a mi, mi bautismo de fuego. Ha sido un tanto extraño ya que en muchas ocasiones el paisaje era calcado al de Andalucía o quizás se lo hayamos copiado nosotros.

Poco más que decir.
Una jornada un tanto aburrida, sin nada que destacar salvo que ha sido mi primer día en el continente africano.

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